En dirección del pensamiento, los autores han distinguido dos tipos de procesos intelectuales: un razonamiento lógico, riguroso, y un tanteo experimental exploratorio en busca de intuiciones. Así, se habla de pensamiento conclusivo versus pensamiento emprendedor; pensamiento convergente vs. pensamiento divergente; pensamiento vertical vs. pensamiento lateral. Uno de ellos se describe como analítico, deductivo, riguroso, constreñido, convergente, formal y crítico; el otro tipo de pensamiento, como sintético, inductivo, expansivo, libre, divergente, informal, difuso y creativo.
En el estudio del pensamiento científico, dentro del orden lingüístico simbólico, no cabe duda que, semióticamente hablando, la posesión de uno u otro tipo de proceso intelectual hará que los modos de inferencia personal cambien de individuo a individuo y, por supuesto, las respectivas codificaciones y decodificaciones, también cuenten con una perspectiva completamente distinta, particular, a la altura de las varias diferencias individuales. De donde conviene preguntarse, en relación con las diferencias individuales, ¿qué y cómo será el comportamiento docente-discente en el empeño por producir algún conocimiento?
Consiguientemente, cualquier programa de mejoramiento de las habilidades del pensamiento debe tomar en consideración la dicotomía reconocida por numerosos autores. De igual modo la interpretación de los significados reales de los aprendizajes o co-aprendizajes estará supeditada a tales ópticas o perspectivas personales
domingo, 6 de septiembre de 2009
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